viernes, 6 de junio de 2014

Los años 30

Llegamos a la penúltima etapa en nuestro  viaje por la historia del maquillaje y la moda en el siglo XX, y nos plantamos en los años 30.

La década de los años 30 fue la de la Gran Depresión y de guerra, lo cual perjudicó tanto a la industria de la moda como del maquillaje.

Se vive el momento de mayor glamour de Hollywood, apostando por un paradigma femenino delgado, atlético, bronceado…muy cuidado y perfecto tanto en maquillaje, manicura y vestuario.

La imagen de la mujer de los años 30 era glamorosa, elegante y femenina.

El maquillaje empieza a llegar a todas las capas sociales, y las mujeres intentan imitar a sus actrices favoritas y a los grandes mitos de la época: Marlene Dietrich, Greta Garbo.



 
Marlene Dietrich                                       Greta Garbo

El pelo se lleva a media melena pero más claro, hasta llegar al rubio platino, con brillo y ondas.
Ginger Rogers

Los rasgos y la tez van refinándose, se llevan las formas más estilizadas, los rasgos más estirados como los ojos, cejas, pómulos y labios. Se empieza a resaltar la belleza con la que la mujer contaba.

Una de las características del maquillaje de los años 30 fue la palidez, usaban bases claras uno o dos tonos más claros que la piel, que incluso lo acentuaban con polvos muy claros.

En contraste con la piel pálida, se usaban labiales oscuros: rojos, marrones, granates y frambuesas. La boca se maquillaba estrechita pero más natural que en años anteriores. *Una curiosidad es que en las salidas nocturnas, el labio superior se maquillaba de manera tal que quedara un poco más grande que el inferior.

Un cambio muy propio de esta década fue la forma d la cejas, que se depilaban hasta dejar una fina línea, muy arqueadas y altas para subir más el ojo y delineadas, que caían hacia el final. Incluso algunas chicas les gustaba hacerlas parecer brillantes con vaselina.

Clara Bow

El eye-liner hace su entrada triunfal, los ojos se delineaban en el párpado superior desde el lagrimal hasta el final del párpado de forma bastante fina y delicada. Los ojos que quedaban muy despejados, por el marco que les imponían las cejas depiladas, se maquillaban con sombras azules, verdes, violetas y púrpuras de texturas nacaradas marcando un poco la zona de la banana. Y las pestañas superiores se cargaban con mucha máscara, mientras que las inferiores casi no se maquillaban.

Durante esta época, se siguió usando el rubor rosa brillante de los años 20, pero hacia finales de los 30 comenzaron a aparecer rubores más discretos.

*Como curiosidad, el esmalte de uñas se aplicaba solamente en el centro de la uña, dejando la punta sin pintar. En la parte de abajo, se pintaba con blanco una media luna. Los colores más aceptados fueron el rosa pálido y los crema.


Referente al vestuario, el look de la época se militarizó y los tejidos se volvieron pobres, alejándose de los excesos de los años 20. Dobladillos largos y una forma más sobria en el vestir, que reflejaba la austeridad de la época, pero sin embargo, Hollywood siempre lo evitó, con el glamour de sus ídolos de la época, como Jean Harlow o Marlene Dietrich. Los modistos modernos diseñaron impresionantes, opulentos, aunque sencillos trajes de noche, aunque las mujeres regulares no podían pagarlos, pero la influencia del estilo en el vestir, era para todos.

Durante el día, las siluetas femeninas eran sueltas, pero no andróginas. Se hicieron muy populares los trajes de lana ligeramente compuestos con hombreras y faldas tipo flauta hasta la rodilla.

Para el día, las faldas se alargan,  son ligeramente más elaboradas y a menudo con canesú. Las telas más viscosas podían ir en corte al bies bajo el canesú, manteniendo la forma de la moda de la época.


Aparecen los primeros pantalones para mujeres y los vestidos de punto.

El punto fuerte de sensualidad lo ponen escotes pronunciados y espaldas al aire, así como los dedos, a través de finas sandalias.


Los trajes de fiesta, con elegante corte al bies y largo hasta el suelo, son unas de las imágenes más recordadas de la década. En contraste con la década predecesora, los años 20, los vestidos eran ligeramente ajustados y sin decoración, para no quitar mérito al contorno liso. Los tejidos como el satén y el terciopelo fueron los más populares, y los diseños se ceñían a escotes bajos en la espalda, cinturas simples y sin mangas.



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